miércoles, 19 de noviembre de 2014

MARIELA ORTEGA COMPARINI - AMÉRICA COMPARINI SALAS "ANGELES DE LA GUARDA"





ANGELES DE MI GUARDA

La tarde en que el juez Duncan, alias el “exterminador”, entró a la sala, carraspeó fuertemente para acallar a la concurrencia que había asistido al “Juicio del siglo”.
­_Un gran número de personas  se encontraban  dentro del antiguo edificio neoclàsico_
 Iniciando el sui generis cuadro humano y casi posando para los medios un sonriente político maduro muy bien vestido por un diseñador top, asociado a la farándula criolla, galàn frecuentemente rodeado de jovencitas o prometedoras estrellitas del espectáculo y acompañaba a una joven viuda de sombrero alón y vestida sobriamente  de negro.En la fila posterior una corrida de diferentes personas y colorido pertenecientes al jurado. Merodeando por todos lados y mezclándose, reporteros gráficos, inundando de luces con sus flashes impertinentes. En este heterogéneo grupo  parloteaban conocidos periodistas de diversos diarios y revistas, agentes de publicidad, dueñas de casa, que habían abandonado las ollas y pañales  para el evento importante, camarógrafos nacionales y extranjeros, escritores, dos pintores, varios actores mayores,  modelos femeninas y  masculinas heterosexuales, dos modelos homosexuales, un peluquero, dos anticuarios, un connotado empresario dueño de una cadena de tiendas  e industria cosmetológica, un director de cine busca talentos, un Tarotista de luenga barba blanca y abundantes cabellera, una médium de ojos negros  rasgados  de ascendencia turca, cuya cabeza lucía un exótico turbante, artistas circenses, un estafador famoso encubierto como parasicólogo, un relojero,  un veterinario, algunos estudiantes de derecho, cuatro damas de edad avanzada, un perrito chiguagua vestido con capita de tul rosa, un mago, un dueño de circo, un director de Hogar de ancianos, y otras personas difíciles de identificar por su estilo: todos muy arreglados formalmente, rozando  la elegancia exótica....salvo los actores, modelos y gente de circo, que se caracterizaban por sus gustos diferentes y algo estrafalarios portando peinados y trajes coloridos.
Uno de los jóvenes gay,  llevaba un gran mechón verde de cabellos que caían  abruptamente y hacían un arco sobre su frente. Llamaba la atención la manía de estar  acomodándolo frecuentemente, mientras le hacía guiños  y flexiones de labios besadores,  aún cuando  trataba de disimular la intencionalidad de su conducta coqueta con una pluma color violeta que tapaba su cara mientras observaba  al director de cine, que lo miraba con desagrado ante su gran insistencia, ya que él precisamente estaba interesado en una sexy modelo latina de cabellera azabache, (movida de manera magistral) Chica del gran escote frontal y lateral, que apenas tapaba un vestido rojo, que envolvía sensualmente su cuerpo frutal, cuya sonrisa prometedora surgía a espaldas y tras el homosexual.
_Todo este  mundo de personas entusiastas, había ido a mirar y apoyar a la reo, que era sobrina putativa del juez Duncan, única hija de un primo lejano  de su esposa Betty, un tal Dorian Muller, tildado  “como la oveja negra de la familia” por negarse a seguir la  profesión de abogado, como la mayoria de los varones de tan prestigiosa parentela, para dedicarse a viajar por el mundo coleccionando antigüedades y venderlas como originales, o simplemente falsificándolas, según lo requería  para
poder financiar sus sueños  o escribiendo en cuadernillos llamados “Apuntes de Viajes”repletos de apuntes con mapas auténticos o imaginarios de lugares lejanos o inexistentes y hermosos dibujos que el mismo dibujaba. Para colmo casado con una actriz de teatro Itinerante, que cansada de su despreocupación hacia ella y amor  por tantos colmillos de elefantes, piedras preciosas sanadoras, artículos y  chucherias varias, viajes a islas misteriosas con extraños acompañantes,  o verlo a su retorno  libándo raros zumos  de extrañas yerbas maceradas, que le permitían viajar por diversos paraísos  sin moverse del mismo lugar y sentir que había tanto amor dentro de él que podía amar a hombres y mujeres sin discriminar. 
Harta de todo, le entregó a la única hija, fruto de la antigua  pasión  y se fue en un safari con un rico comerciante árabe que le puso el mundo a sus piés. 
_Finalmente Dorian años antes de morir de malaria y hacerse monje, le entregó a Betty su hija, que logró llenar todos  los vacíos maternos de la mujer del juez Duncan._
_Su sobrina estaba acusada de homicidio en primer grado, la víctima Robert White, alias “Tony el magnífico”, dueño de una afamada  empresa dedicada a embellecer y detener el tiempo y las arrugas con sus productos cosmetológicos .  Además de ser uno de los capos del mundo de los negocios y relacionarse con personajes del narcotráficos, tenía muchos enemigos.
_El juez Duncan era  muy alto y delgado. Sus ojos pequeños y azules, apenas se notaban tras los grandes anteojos de marco dorado.  Se sonaba y tosía continuamente, su placer oculto por el tabaco y su pipa cercana compañera, delataban su única adicción mundana.
_Sabía y tenía la certeza que el juicio de su sobrina no sería fácil y dictaminar sentencia  sobre Alice,  preciosa niña que llegó a encantarlos con sus ensortijados cabellos, cuando sus alocados padres la abandonaron y se olvidaron de ella. Aunque se consideraba algo rígido  o demasiado enérgico con ella, para domar de alguna forma, esos  genes heredados, la amaba y  conocía la alegría que generó en Betty ,que suspiraba tanto por el hijo que nunca llegó.
_Trás la peluca blanca, obligatoria y fastidiosa para los jueces, no así para  calvos, Mr. Duncan se sentía incómodo, nervioso, tenía conocimiento que en la sala estaba el abogado Morrison, su gran rival, a quien le había  hecho perder varios juicios y le tenía sangre en el ojo, sangre que se volvería implacable contra Alice. Ahora era el momento de su vendetta como fiscal acusador de su sobrina.
_La puerta labrada de caoba con una gran balanza y sostenida por una mujer ciega, rechinó con un largo lamento y se abrió.
Entonces el público enmudeció: Apareció Alice Muller , la top model del momento, delgada, muy blanca, casi transparente, similar a una aparición, con los labios pintados de rojo fuerte, pestañas postizas y los ojos glaucos maquillados  suavemente.
Su cabello rubio pajizo estaba peinado hacia atrás y un moño sencillo colgaba desde su nuca.
_Tenía una expresión rara de ternura y desamparo, de orfandad profunda en los ojos.
Sus orejas bien formadas no lucían joya alguna, como antes, un pequeño toque de rubor coloreaba sus mejillas, haciendo destacar su hermosa nariz, que no era pequeña, pero le daba personalidad.
_Su cuerpo delgadísimo, lo pálido de su piel y su expresión hermética a ratos, le hacían parecer una maniquí  arrancada de algún escaparate de Bond Street.
_Una mujer vestida con traje gris, la condujo por el largo pasillo central de la sala cubierto por una alfombra roja, parecida a la de las pasarelas que tanto deslumbró con su figura hecha para la alta costura y que separaba los asientos de la sala, que eran de madera tallada siglos atrás.
_Alice parecía  flotar en una nube y se dejaba llevar como una niña pequeña.
_El público efervescente se paró para aplaudirla, ella sonreía enigmáticamente.
_Uno de los gays corrió llorando a besarla. Un guardia lo quitó con violencia, mientras se lo llevaban forcejeaba y gritaba:
_¡Ella es un ángel¡_¡un angel¡_
_¡Ella es inocente..es una víctima..una santa¡
_¡ Por favor salvennla¡_
-El juez golpeó con su martillo para silenciar el alboroto y los murmullos.
_Alice se sentó suavemente frente a una mesa brillante de caoba junto a su abogado defensor, un joven moreno, atractivo, que se paró solícito para saludarla y ayudarla a sentarse.
 La observaba con gran ternura y respeto y ordenaba con mano firme unos expedientes que había sobre la mesa.
_Lian Gallaguer que así se llamaba, la conocía hace un tiempo, desde que la vió en una pasarela en París acompañando a su madre, una aristócrata inglesa de vacaciones, que gastaba su fortuna en  trajes y viajes, aburrida de su casta viudez y falta de nietos que su solterón hijo de 36 años no le quería prodigar. _
Liam  estaba muy interesado en Alice y detestaba a Tony, quien había estafado a  honesto cliente suyo.  Nunca le pudo probar nada; porque compró el silencio de los testigos con  terror y dinero.
_El abogado Morrison, el fiscal acusador, era pequeño, obeso, calvo de nariz razonable, de grandes anteojos y ojos pequeños, labios gruesos y con voz estridente y fuerte. 
Miró burlona-mente a la joven y exclamó parsimoniosamente, luego de presentar sus respetos al juez y al jurado:
_¡ Tenemos  hoy aquí, a una joven modelo, de aspecto frágil y triste¡_
_¡Pero por favor..suplico que su aspecto no los engañe¡_
_¡Porque  Señores del Jurado…tras esa carita de ángel existe un demonio: una asesina que mató a un hombre joven, en la plenitud de su vida¡_
Un gran revuelo y gritos de negación y abucheo se sintió en la sala, mientras Morrison proseguía:
_¡Un hombre joven, afectuoso, bondadoso que protegía un Hogar de ancianos, que hoy sin él quedará desprotegido, entregados a su suerte: comple..ta..men..te.. abandonados¡_
_¡Me pregunto e insto a preguntarse: por culpa de quién?...
_¡QUIËN SEÑORES¡¡..
Unas mujeres ancianas del público bien instruidas, tal vez por Morrison, gritaban:
_¡Asesina, asesina mataste a nuestro protector¡_
El juez golpeaba la mesa enojado haciéndolas callar.
_ Continuó Morrison:_
 ¡Esta mujer de 24 años, es una mujer fría y calculadora..no le importó dañar a otra mujer joven y dejarla viuda, sumida en la soledad y la desolación , truncando un amor y una futura familia¡_
Al oir este discurso la viuda que hasta ese momento sonreía y coqueteaba con el político que la acompañaba, dio un profundo y sonoro suspiro, refugiándose en medio de las lágrimas, secándose con un fino pañuelito y abrazando al hombre.
_¡No se engañen señores y señoras¡_
_Alice lo miraba  con dulzura y movía la cabeza a los lados, a la izquierda y después a la derecha susurrando algo que no se entendía, como si sobre sus hombros hubiese alguien posado.
_Morrison hablaba y hablaba una y otra vez, entonces para reafirmar lo del Hogar de ancianos, llevó como testigo a su director,  un vejete senil, luego a una de las ancianas, pero esta sufría de amnesia y provocaba risa en el público, así que el juez molesto llamó a otra  que  desesperada levantaba su mano, que dejó consternado al jurado, al decir que era la madre de Tony, llevaba una perrita chiguagua en brazos.
Muy preocupado Morrison que trató de no dejarla hablar..pero la mujer se impuso y luego de poner su mano exclamó:
_¡Como juré decir la verdad y nada más que la verdad, diré que Tony era un infame..ya que me obligó por años compartir este Hogar de ancianos, con personas gruñonas, decrépitas, mientras yo estaba lúcida y deseaba viajar, además era un egoísta, mentiroso y  mal hijo¡_
Ante la mirada de Morrison ella exclamó:
_¡Perdone Sr. Morrison pero no debo mentir¡_
_ ¡Basta Señora¡ _gritó Morrison alarmado
_¡Ud. Es una malagradecida con Tony¡_
_¿Por qué?_ Contestó ella
_¡Yo era su madre¡_
_¡Lo conocía mejor que todos…él pudo ser mejor, se portó mal, hasta me amenazó de enviarme al manicomio si decía la verdad.  
La única vez que se mostró generoso, fue cuando vino con Alice y ella descubrió que yo era su madre¡_
_¡Sra. White vaya a sentarse inmediatamente¡ _gesticulaba enfurecido Morrison.
_¿Por qué Sr. Morrison?_ exlamó mordaz Liam y preguntó:
_¿Sra. White Usted qui..e..re a la Srta. Alice Muller?_
_¡Si señor: yo la adoro¡_
_¡Ella era  maravillosa conmigo y todo el mundo¡ _ A mí me visitaba siempre que podía, me llamaba, me escribía y me regaló a mi Sussy , besando a su perrita en la cabeza y arreglándo su ajuar rosado y  también un hermoso reloj que puse en la cabecera de mi cama con unos ángeles que dan la hora .
_¡ Ella siempre me decía que me darían protección¡_
_¿Sra. White Ud. Crée que Tony era malo con Alice¡_
_¡Si¡_ exclamó categórica la testigo. 
_Él era un canalla , arruinó su carrera de modelo, hizo que mucha gente importante le cerrara sus puertas y además la golpeaba. Creo que hizo muy bien en “dormirlo”..como muchos lo deseábamos¡…
_¡Gracias Sra. White¡ Puede volver a su siento dijo Liam.
_Un murmullo grande se escuchó en la sala como una gran ola_
Enseguida el juez ordenó:
_¡Qué pase la acusada a declarar¡ Se escuchó un aplauso y unos vivas por ella, que el juez ignoró.
_Alice se paró delicadamente con su rostro de maniquí viviente  entristecido. Extendió ambos brazos y subió al estrado como si de su mano  fueran dos niños invisibles  a los que le hablaba con cariño.
Juró con  su mano blanca y exangüe posándola suavemente en el Libro y observó con dulzura y paciencia al abogado acusador, como  manifestaba su odiosidad hacia ella, tratándola de lo peor y cruelmente.
Cuando éste ya acalorado, agotado de mal hablar de ella , secó la transpiración de su frente y  extenuado se derrumbó en la silla; se escuchó la voz almibarada de Alice:
_Sr. Morrison, lo perdono de todo corazón por sus palabras, ya que usted es un alma perdida que se irá al infierno, puesto que usted es un hombre solo que todavía no tiene un ángel de la guarda que lo cuide y  aconseje como a mí. Yo tengo la bendición y la suerte de tener a Gabriel y Michael que son maravillosos y siempre me acompañan.
_Nuevamente un murmullo  en la sala y luego el desconcierto el quedar atónitos ante el vuelco de la situación y las palabras de Alice.
_¡Aquí a mi derecha está Michael, es amable y generoso con todo el mundo y siempre lo comprende todo¡-
_¡Saluda a estas personas querido¡_
_¡Perdónnelo él es muy tímido¡ - exclamó con ternura.
_¡Y aquí a mi izquierda está Gabriel¡_ sonrió: a veces es un poco gruñón; pero es muy bueno. Me ayuda a tomar decisiones cuando me enojo con la gente.
_¡Saluda Gabriel¡_
Dirigiéndose a la sala y al ángel imaginario:
_¡Ven ustedes¡  Él es siempre tan alegre y simpático, ven a mi lado, deja a mis amigos¡_
_El público estaba más que atónito, anonadado, no podían creer que ella le hablara a personas invisibles.
El juez se quitó los anteojos y los limpiaba con vehemencia tratándo de tomar medidas dada la situación.
Morrison movía la cabeza hacia todos lados y gesticulaba palabras no intendibles a la viuda y al polìtico que levantaban los hombros y los brazos.
Liam, habló muy confidencialmente al juez y le pidiò permiso para acercarse a Alice  preguntándole dulcemente:
_¡Querida Alice, la tarde que Tony llegó a buscarla a y llegó a su Hotel por indicación del anticuario y el relojero creyendo que era amigo suyo:
_ ¿Él estaba ebrio?
_¿Los ángeles le dijeron algo?_
_¡Si¡ _respondió: estab ebrio y fue muy grosero.
_¿Él la golpeó?_
_ ¡ Si lo hizo¡
_ ¡Tony me golpeó , porque yo no quería irme con él y luego me lanzó a la muralla ,  entonces Gabriel y Michael se enojaron mucho. 
 Gabriel me ordenó que me parara y  tomara  el candelabro de metal que había sobre la chimenea..pero Michael me indicó que me levantara del suelo lo abrazara, le pidiera disculpas,  y luego lo golpeara.
_¿Alice usted pensó que esos consejos eran buenos?_ preguntó el juez
_¡Por supuesto tío Jim¡…ellos son mis ángeles de la guarda_
_¿No recuerdas que cuando tía  Betty estaba con nosotros me los enseñó?_
_¿Srta. Alice entonces cómo ocurrió?_ dijo Liam
_¡ Me acerqué a Tony, lo besé y acercándome a la chimenea, tomé el candelabro bien firme y lo golpeaba, lo golpeaba, lo golpeaba¡_
_¡Toma niño malo..toma niño malo¡_ terminó gritándo Alice, agitada moviendo sus manos, mientras lágrimas salían de sus ojos.
El abogado defensor pidió permiso al juez para hacer salir a la acusada, que luego del esfuerzo parecía a punto de desmayar y con el temblor de las manos, derramaba el vaso con agua sobre su vestido.
Mientras la muchacha se iba  a la enfermería aledaña a la sala de audiencias, acompañada de la celadora, Liam pide autorización al consternado juez para hacer entrar al Psiquiatra quién da varias explicaciones lógicas sobre el carácter de Tony,  la soledad de esa mujer hermosa que enloqueció por culpa del abandono de sus padres, y el trauma que le provocó la muerte de su tía-madre, receptáculo de  ternura, que en su lecho de agonía le manifestó que le dejaría dos ángeles protectores que la cuidarían cuando ella no estuviera...la rigidez del juez, su tristeza en fin razones poderosas para enloquecer.
_ Mariel, una de las jóvenes fotógrafas que  asistió al juicio y trabajaba para un connotado diario, tomó varias fotos  de Alice, al revelarla, intervino una  de ellas  agregándole a su bello rostro un par de ángeles.
A la mañana siguiente "El Mirrow! destacó la foto en primer plano con una leyenda breve:
_Alice y sus Ángeles de la Guarda: ¡Inocentes¡

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Narrativa: América Comparini Salas
Fotografía: Mariela Ortega Comparini



















3 comentarios:

  1. Increíble narración en la aparecen los perfiles de tantas personas que uno ve en el mundo. Caras hipócritas, caras mentirosas, farsantes y huecas, muy bien retratadas por la autora, cuya facilidad en el manejo de las palabras se hace notable en este hervidero de pèrsonalidades tan dispares. Felicitaciones a la autora. Hermosa fotografía de Mariela...

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    1. Agradezco comentario viniendo de tan destacado poeta

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    2. Agradezco comentario viniendo de tan destacado poeta

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